martes, 29 de octubre de 2013

El castillo

Hoy voy a ver a Marcos. Hace días que espero este momento. Candi y Anabel me han dicho que está desanimado y un poco debilucho.

Cruzo la puerta y veo a Marcos y a su papá en el sofá. Me quedo parada, pero parada por la emoción de verlo con tan buena cara. Reacciono en seguida y le doy dos besos. Soy consciente de que en esos momentos debe de pensar que preferiría una visita de Judit, para así poder jugar con ella. Así que sin alargar más el momento le digo que las Papallones le han traído un regalo. Lo saca de la bolsa, lo desenvuelve y... oh, un castillo, su castillo!!!

De repente nos encontramos Anabel y yo montando la maqueta del castillo; Candi ya ha sacado la caja en la que descansan los caballeros y los piratas y los dos están enfrascados escogiendo los que más les gustan y acabando de montarlos, impacientes. Los cuatro estamos muy ilusionados.

Ellos ya han acabado. Nuestra tarea es más difícil. ¡Ya está! ¡Ya está montado! ¡Pedazo castillo! ¡Con torre de vigía y todo!

Aun no lo hemos dejado en el suelo que Marcos ya ha metido dentro a todos los Sant Jordis y a los piratas. Y empieza la acción. Dejamos volar la imaginación y de repente los caballos galopan por la parte alta del castillo, un pirata está a punto de caer por la ventana, se aguanta por la espada... y poco a poco los caballeros van desapareciendo. Sí, Marcos ha decidido que los vencedores van a ser los piratas, pero no todos los piratas, un pirata en especial: el corsario. Y ese día va a ser él el que gane todas las batallitas.

"¿Por dónde han subido los caballos?", "Nos falta una princesa y un drac", "Si no hay río", "Sí, sí que hay río, los castillos siempre tienen ríos", "Mira Marcos, ponemos este cañón dentro del castillo", "No, mamá, no, que disparará y se romperá el castillo", "No, Marcos, pero el cañón mira hacia afuera y así dispara a los malos, no dentro del castillo"... Cada uno va montándose su historia.



Y así durante un rato bastante largo nos hemos olvidado de todo y hemos disfrutado del momento, de la alegría de Marcos, de su inocencia, de su sonrisa, del niño que es.

Ojalá podáis -y podamos- tener muchos momentos así a lo largo de este proceso y podáis -podamos- disfrutarlos al máximo. La alegría de Marcos es la alegría de sus papás, y la alegría de Marcos y sus papás es la alegría de todos nosotros.

1 comentario:

  1. Silvia, tu escrito va directo al corazon. Esos momentos, que le dan vida a marcos, se los debemos a grandes personas como tu.

    ResponderEliminar