miércoles, 13 de noviembre de 2013


ESPERANZA
Cuando supe de la enfermedad de Marcos, me quedé en estado de shock. No me lo podía creer, nuestro Marcos tenía leucemia! Y mientras los días pasaban, e iba asimilando lo que estaba pasando el “chavalito”, recibí otra mala noticia: mi padre, que llevaba tiempo ingresado en el hospital, le habían diagnosticado un mieloma múltiple, el cual no tenía cura.

A todo esto, hacía poco que había dado a luz, ya que mi pequeña Aina nació el 25 de agosto. Con las hormonas a flor de piel, que soy de lágrima fácil, y tanta mala noticia... las emociones me sobrepasaban. Pero también soy una persona optimista, y enseguida pensé que Marcos se iba a curar, y que mi padre mejoraría. Y esta buena energía debió de llegarles, porque con el tiempo llegaron buenas noticias: la leucemia de Marcos es de las que se curan, y en cuanto a mi padre, han conseguido contener el mieloma y que no se extienda a ningún órgano más. Así, aunque la enfermedad esté ahí, podré seguir contando con él.

Anabel y Candi, sois unos padres maravillosos, y vuestra entereza en todo el proceso es admirable. Y Anabel, gracias por tus palabras de apoyo, el hecho que me muestres tu cariño, cuando tú estás llevando una carga tan pesada, demuestra la gran persona que eres.

El pasado domingo día 3, en el parque de las pirámides, compartimos un ratito entrañable, viendo como los peques arropaban a Marcos en sus juegos, después de tantos días sin verse. Las ganas que tenía él de jugar con sus amigos, vencieron por un rato al drac, y pudimos ver en él al niño que es, y no a la enfermedad que está combatiendo.

Pensemos siempre en positivo, por muy oscuro que sea el túnel, siempre habrá luz al otro lado. La buena energía nos llena, y se expande, y llega a todo aquél que nos rodea. No lo olvidemos. Nunca.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Un domingo de carreras

Hace días que me preocupaba una cosa : qué reacción tendrían Carla y Albert cuando vieran a Marcos.
Sé que a diario me preguntan por él, que me piden que les enseñe fotos y que le quieren, pero me daba miedo la cara que pondrían al verle de nuevo.
Ahora ya lo sé,  y hasta me siento mal por haber  “dudado” de ellos.

Hoy hemos tenido una grata sorpresa. Marcos, Paula, Anabel y Candi han pasado un rato con nosotros en las pirámides. Qué alegría verlos juntos de nuevo y en la calle!
Y mis dudas se han disipado: los peques se han vuelto a ver ... con total naturalidad!!!

Albert enseguida se ha puesto a jugar con su “más mejor amigo”, como dice Marcos.
Hemos disfrutado (y también sufrido!)  viendo las carreras que han hecho, uno montado en su moto y el otro en la bicicleta.
Oir a Marcos gritar “ ¿Albert, hacemos una carrera? ”, con su sonrisa picarona en la cara ... eso no tiene precio!
...Y esas miradas de complicidad...
Marcos le ha dejado su gorra de Spiderman a Albert, y Albert se la ha devuelto a Marcos  poniéndosela cariñosamente... Y le ha acariciado el pelo diciendo “el té curt”.
Han jugado con los cochecitos, y hasta se han pegado algún chute flojito de pelota.

Carla me ha dicho “está gordito...pero guapo!”, y después de un ratito de vergüenza también se ha echado unas carreras en bici con su colega ... y  hasta se han pegado unos choques entre risas!

Y todo con naturalidad...



Al llegar a casa he oido que Carla decía "Estic contenta. He vist el Marcos", y luego se ponía a jugar con su hermano.
Nosotros también estamos contentos, cariño...

¡¡Cuántas cosas tenemos que aprender de estas personitas a diario!!
¿Porqué le daremos tantas vueltas a todo en la cabeza? 

¡Yo de mayor quiero ser pequeña!