ESPERANZA
Cuando
supe de la enfermedad de Marcos, me quedé en estado de shock. No me lo podía
creer, nuestro Marcos tenía leucemia! Y mientras los días pasaban, e iba
asimilando lo que estaba pasando el “chavalito”, recibí otra mala noticia: mi
padre, que llevaba tiempo ingresado en el hospital, le habían diagnosticado un
mieloma múltiple, el cual no tenía cura.
A
todo esto, hacía poco que había dado a luz, ya que mi pequeña Aina nació el 25
de agosto. Con las hormonas a flor de piel, que soy de lágrima fácil, y tanta
mala noticia... las emociones me sobrepasaban. Pero también soy una persona
optimista, y enseguida pensé que Marcos se iba a curar, y que mi padre
mejoraría. Y esta buena energía debió de llegarles, porque con el tiempo
llegaron buenas noticias: la leucemia de Marcos es de las que se curan, y en
cuanto a mi padre, han conseguido contener el mieloma y que no se extienda a
ningún órgano más. Así, aunque la enfermedad esté ahí, podré seguir contando con él.
Anabel
y Candi, sois unos padres maravillosos, y vuestra entereza en todo el proceso
es admirable. Y Anabel, gracias por tus palabras de apoyo, el hecho que me
muestres tu cariño, cuando tú estás llevando una carga tan pesada, demuestra la
gran persona que eres.
El
pasado domingo día 3, en el parque de las pirámides, compartimos un ratito
entrañable, viendo como los peques arropaban a Marcos en sus juegos, después de
tantos días sin verse. Las ganas que tenía él de jugar con sus amigos,
vencieron por un rato al drac, y pudimos ver en él al niño que es, y no a la
enfermedad que está combatiendo.
Pensemos
siempre en positivo, por muy oscuro que sea el túnel, siempre habrá luz al otro
lado. La buena energía nos llena, y se expande, y llega a todo aquél que nos
rodea. No lo olvidemos. Nunca.