jueves, 26 de septiembre de 2013

La luna


Ya hace un tiempo Judit, antes de irse a dormir, nos lleva de la mano a su habitación para ver aviones e intentar ver la luna. Aviones, los ve a montones, pero la luna no hay manera. Y es que desde su habitación no puede verse.
Hace unos meses estuvimos cenando en casa de Marcos y Judit se emocionó al ver la luna desde la terraza. Además, habían pasado una buena tarde, jugando juntos a pintar, a construcciones, al Scalextric, a guerra de cojines en el sofá...

Desde entonces, cuando no ve la luna, Judit me dice: Mamá, quan anirem a casa del Marcos a veure la lluna?

Ahora le contesto más convencida que nunca: Aviat, pitufa, aviat, aviat anirem a sopar a casa del Marcos i veurem la lluna i jugareu plegats.

 

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